Conoce

El Matarraña

Historia

Un río que da nombre a una Comarca

Su cauce, la espina dorsal de una Comarca.
Sus aguas, están impregnadas con la esencia de las gentes que pueblan estas tierras, con el alma de un territorio donde la tiera, el sol y el agua son elementos venerados.
El Río Matarraña vive en cada corazón, en cada espíritu; acompaña la vida de quien vive de su vida.

Los pueblos del Matarraña

Pasear por las calles tranquilas de los pueblos de la Comarca del Matarraña puede ser una actividad que nos llene de sensaciones: la arquitectura de sus casas, las calles, las imágenes, todo parece pertenecer a otro tiempo, a otro lugar diferente al nuestro; todo nos sorprende, nos asombra.

Valderrobres

Todo en este pueblo está impregnado con la esencia más pura del río Matarraña; la vida transcurre con el rumor del agua como sonido de fondo.

Calaceite

A un lado y a otro de la calle casas de piedra con majestuosas portaladas; en nuestros labios sonidos de admiración, en nuestros ojos sorpresa.

La Fresneda

La gente de la Fresneda sabe de la singularidad de su pueblo, y todo lo que ésto conlleva; mantenerlo es mantener viva su forma de ser.

Beceite

Un pueblo que identifica un paraje, que da nombre a un espacio natural cuya magnitud empequeñece la belleza de sus calles, de su gente.

Torre del Compte

Fluye desde los campos y se adentra por sus calles; todo lo envuelve, todo lo llena, pero nadie sabe lo que realmente es: vida, alegría, felicidad…

Valjunquera

Gente que quiere prosperar, que intenta superar cada día nuevas metas, que quiere impedir que la vida abandone sus calles, sus casas.

Fuentespalda

Creen en el futuro, y creen en la posibilidad de alcanzarlo: trabajando, luchando, aprendiendo, sufriendo… intentándolo.

Cretes

Apuestan por la vida, apuestan por que habite la luz detrás de cada casa, apuestan por la comunidad, por la identidad, por el pueblo.

Arens de Lledó

Hablan, viven, trabajan: gran parte de su vida esta ligada a Cataluña, pero su corazón, en su interior, son aragoneses, de la comarca del Matarraña.

Lledó

Los olivos, los almendros, la vid… el Río Algars, son los componentes de los que dispone este pueblo para mantenerse en vida.

Ráfales

 Pueblo fronterizo, a partir de allí, otra lengua, otra gente… otra comarca, el Bajo Aragón; aunque no lo parezca, se percibe un cambio importante.

Fórnoles

En alguna parte entre La Portellada y Ráfales, lejos de muchas partes, de lo importante, pero también de lo que no lo es tanto.

Guia para el

Viajero

El paisaje del Matarraña

La tierra es nuestro medio de producción, ésto ha configurado un paisaje característico, donde los cultivos quedan salpicados de bosques de pinos, zonas de encinas y robles, caminos transitables, por los que acceden hasta la porción de tierra más alejada de los pueblos: el entorno natural es mantenido, cuidado.

Desde lo alto del ‘Tossalet’ contemplo el paisaje; por mucho que lo mire mis ojos nunca dejan de disfrutar de esta imagen.

La ‘Caseta del Pou’ del Mas de Crespo, rodeada por una de las explotaciones de vid más importantes de Valderrobres.

Paseando por la ribera del río Matarraña nos encontramos con los molinos abandonados: el agua ya no mueve los engranajes de sus piedras.

Ocultos entre la vegetación, el Río poco a poco va haciendo suyo aquello que en el pasado le perteneció y le dio vida.

La primavera convierte los árboles en fuentes de verde luz, para poder llenar de vida sus frutos: los melocotones.

El otoño transforma la luz en contrastes, y la vida en letargo, transformando el color de la belleza, nunca su intensidad.

Solo somos pasajeros del tren de la vida, llegamos, cultivamos y nos marchamos; todo esto queda siempre, porque es vida y nosotros solo pasajeros.

Moldean la tierra para obtener frutas, verduras y hortalizas: fundamentales en la alimentación de la gente de la Comarca.

stas tierras son herencia del pasado; unas gentes que trabajaron duro para conseguir un espacio en el que poder plantar su futuro, el de ahora.

El agua es importante para la gente que vive de la tierra; infraestructuras para el aprovechamiento del agua salpican las riberas del Río.

La gente del Matarraña

El carácter de la gente de los pueblos de la comarca del Matarraña ha sido forjado durante años por la su dedicación a la tierra, además, el pertenecer a una comarca con tanta identidad ha potenciado ese carácter trabajador y de capacidad de sufrimiento, eso si, siempre con una sonrisa en los labios y en corazón.

Las flores en el balcón de casa reflejan el carácter alegre, sencillo, y de necesidad de manifestación de todo ello al resto del mundo.

Se sienten orgullosos de pertenecer a esta tierra, y no tienen reparo en ponerle el nombre de una calle al Río que les da parte de su identidad

Son gente trabajadora: l’Avi Miquel, con sus noventa y pico años, se resiste a no echar una mano en lo que antes fué su trabajo diario.

El huerto, con sus verduras y hortalizas para el consumo propio y de la familia, forma parte de la vida de la gente, de su forma de ser.

El corral de Desiderio: ahora ya casi nadie tiene rebaño de ovejas, pero lo que somos ahora es gracias a lo que fuimos en el pasado.

El tractor: la máquina más importante para la gente de la Comarca; gracias a él una sola familia puede trabajar grandes fincas y sacarse el jornal.

La gastronomía del Matarraña

La agricultura y la ganadería aportan a la cocinas de esta Comarca ingredientes de excelente calidad, el resultado, una alimentación equilibrada, sana y repleta de sabores auténticos. El sabor suave del aceite de oliva, la textura de las carnes, el sabor de las frutas, todo es único en esta Comarca.

En su sabor se percibe la voluntad puesta en conseguir un produco único, un aceite con un brillo que refleje la esencia de la Comarca.

El frío se encarga de curar la carne de unos animales seleccionados para obtener un jamón con un sabor con denominación de origen.

Cuando veo caer el vino en la copa viene a mi recuerdo el sol de la tarde acariciando las cepas, en las laderas, madurando los racimos, lentamente.

La textura de la carne en la boca no deja lugar a duda alguna, su sabor lo delata: Ternasco de Aragón, esencia de una tierra, de unas costumbres.

Las condiciones climatológicas de esta tierra transforman la carne expuesta, y la convierten en un sabroso y exquisito producto.

Los melocotones de esta tierra, alimentados con el agua del río Matarraña y una tierra soleada y fértil, poseen un sabor y un color únicos.

Visita el Matarraña

Desde Mas de l’Acordió

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